Me sacio de silencio.
Caen como lluvia de agua salada,
llagan las mejillas, duele contenerlas,
me confunde el amorio entre la esencia y las entranas.
Ahogo el llanto en la garganta,
indolente viertes tus recelos,
apena vivir sin, pero lastima estar contigo.
Vagamente rondas mis fantasias,
terrenal, carne y ambiciones,
emerges entre sombras verdes y grisaceas.
Efimera necesidad de mi,
te amare siempre, tu olvidaras pronto,
marchitaras mi aliento al sospechar la partida.
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