jueves, 15 de septiembre de 2016

Los pobres, los desplazados y los hambrientos

No cabe duda que “vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro”, y es que hace unos días me lamentaba por la situación que atraviesan en Venezuela, ya que intento ayudar a una venezolana para lograr una visa de trabajo, cuando México, al igual que aquel país y Guatemala, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), se coloca entre tres de las naciones en donde más creció la pobreza entre el 2014 y 2015. Por su parte, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), informa que la pobreza en México aumentó en dos millones de personas entre 2012 y 2014, al pasar de 53.3 millones de personas (45.5 por ciento) a 55.3 millones de personas (46.2 por ciento), pero que alegremente y al mismo tiempo, la pobreza extrema se redujo marginalmente. Y como lo bueno no se cuenta pero cuenta mucho dice nuestro aclamado primer mandatario, pero debemos estar felices porque aunque cada vez hay más jodidos, ya no estamos tan muertos de hambre, dicen ellos. No sé ustedes, yo siento todo lo contrario. Tal vez a nuestras autoridades que se han dedicado a vender la patria, adquirir lujosas viviendas, exhibir los viajes de sus hijos y amantes o a elevar los impuestos, es decir, a todo, menos a emprender para sacar al país del agujero en el que se halla, a ellos, no les abofetea la realidad, no les apena el vergonzoso salario mínimo, los excesivos costos de los energéticos, los aberrantes 50 metros cúbicos de agua que te cobra la comisión del agua como cuota fija, cuando en tandeo a lo más a lo que aspiras es a 400 litros (dos tibores), si tienes suerte de estar en casa cuando pasa el camión cisterna que ocasionalmente envían; en Ensenada, las callecillas en los inmensos baches, las luminarias de lujo que no terminan de instalar y ya no sirven, ya nivel federal, ni hablar del IVA y el ISR, o los 43, los pederastas que ya perdono dios, la sobre explotación de los recursos naturales, las benditas marchas para que no se les reconozcan derechos a la comunidad LGBT, etc, etc, etc. Ah! Pero pobres Venezolanos, dijo el candil de la calle… A mi mente también se aproxima esta campaña recién emprendida en apoyo a los migrantes extranjeros que se refugian en ciudad de Tijuana con la esperanza de que Estados Unidos les de asilo político; nos mueve la empatía por las causas ajenas, cuando tenemos como bien dijo el alcalde tijuanense, además familias del sur de nuestro país, desplazadas por la violencia y la pobreza, pidiendo también asilo a los vecinos y que probablemente terminarán quedándose en el municipio fronterizo. El buen juez por su casa empieza. Criticamos a otros gobiernos: que si Maduro les da de comer una vez al día, que si Castro no los deja salir de la isla, que si Macri es un corrupto, cuando no tenemos (y me incluyo) la civilidad de pedirle cuentas claras y pose a la altura, a nuestros gobernantes de los diversos niveles de gobierno. Dejamos que los “hambrientos” políticos de todos los colores (SOSTENGO QUE TODOS), hagan lo que les apetece, pese a que fueron electos o designados para gobernar a favor de todos los mexicanos, no de sus bolsillos e intereses o a favor de unos cuántos, pero más allá de nuestras doloridas quejas en redes sociales nada hacemos. Me queda claro y debería formalizar la petición a Inegi y Coneval, para que hagan bien sus cuentas, porque creo que entre los más muertos de hambre en nuestro país, está la clase política y esos los incluyeron en las estadísticas que corresponde a los hambrientos. P.S. Bien o mal es mi opinión, y si no les gusta no me lean, les doy permiso de que me bloqueen o eliminen. Sean felices, que es un derecho humano, dijo mi profesor de Posgrado Lic. Berttolini.

lunes, 7 de julio de 2014

Enemigo de la Nación

De a poco el apetito me incita cuando la injusticia sacude, De a poco mi ignorancia me sabe a hiel De a poco llega la querencia de libertad De a poco resuelvo pensar que todo está mal Hoy al igual que ayer, la semana pasada y probablemente mañana, me siento a medias, con hambre, sed, descobijo y frío, Abrigo congoja, la desesperanza colma mis bolsillos, un puño de tierra me alimenta no hay para más, de pronto las preguntas agolpan, desanudan mi garganta y me cuestiono si será la inflación Y me pregunto si seré yo Y me pregunto si un simple ciudadano tiene derecho a debatir Intento… solo ocurro a encender el televisor, solo ocurro a llorar de miedo, morir de inanición porque levantarme a defender mi lecho, jamás ocurro, puesto que entonces, soy enemigo de mi nación.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Mi vida fragmentada

La sentencia está dictada, sé que no funciona y aún así me aventuro a tratar de encajar en un mundo ajeno. Soy pueblerina y es mi destino buscar un destino provinciano. De esos en los que soy una ex putilla (como si fuera gripa), me ligo a un Güey de "lana"(príncipe azul), me caso de blanco en la iglesia de piedra (cuento de hadas) y me voy de luna de miel a Cancún (cliché) y directo a la reproducción. Sí, todo eso que la gente bonita llama cotidianidad, la realidad que engrana en la agenda rutinaria del ensenadense clasemediero. Esos que son leyenda en su circunscripción y nada más. Sin embargo, no pertenezco ahí, yo soy una loser: voy sola al cine, eternamente estoy sin novio, no soy madre soltera o soltera reciclada, no tengo abortos secretos a compartir en las pisteadas melancólicas de las pijamadas, nunca he vivido con un tipo o compartido saliva u otros jugos corporales con mujeres, no fumo marihuana cuantimenos tabaco, soy una borracha casual y tan pasiva que su mayor pecado es caerse a mitad de la Ruiz de rodillas cuando cruza de bar a bar (gracias Pelayo por los baches)... Una poetilla de segunda mano en busca de todo y nada. Y con la falsa modestia que me caracteriza finjo vehemencia hacia los que pronuncian eses al final de las palabras, creen en dios y gustan de los placeres elite como ir al beis o agarrar la banda en Playa Hermosa. Todo eso, para no escupir pa' arriba y olvidar la humildad de mi génesis; en el intento desesperado por salvaguardar la educación ambivalente del hogar: "eres pobre como todos, pero diferente a los demás"... Trato de ocultarme detrás de los faros castaños, esconder todo aquello que guardo en el bodegón de mi estrecho brasier, ello que no sale a la luz para aparentar soy una persona promedio, gris, de esas que abundan en los bares de la zona centro. Esta es mi fragmentada y desperdicio de vida. No cumplo con los estándares locales, así que estoy destinada a mi destino provinciano, como buena pueblerina.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Pobre realidad

Una abstracta realidad ignome, podredumbre y basura rancia, pobreza que piensas se olvida con desviar la vista, precipitar la memoria por la borda, sacudir de las suelas el polvoso recuerdo de los chamagosos, cuando circundas calles llanas del malecón turista, virtuales, sin hastío ni hambre, espejo de una realidad abyecta, embebido en tragos coquetos que calientan el cuerpo y te borran el “tape”. La vida pasa, el tiempo pasa. Los pobres mueren y nacen más pobres. Los ricos viven eternamente ricos, en el paraíso "VIP" de los ricos. Como retrato de estampa religiosa del siglo de los mochos… Tan cerca y tan lejos. Pobre frontera apátrida. Tan cerca de los “gringos”, tan lejos del defe, de Dios, de los ungidos.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Heme pecadora

Heme aquí padre, pecadora y te confieso: en trance me humillo al pie de mortales, busco en santos y milagros, parábolas y salmos, hábitos y gentes, ruego perdón, me arrepiento (a veces). ¡Oh padre, perdóname! Soy una mujer que goza y se regocija, pero no en ti, no en el espíritu santo, me regocijo y gozo en la carne, la vid, deidades terrenales, y juro tu nombre en vano una y mil veces. Pero cuando sangro, cuando una espina se clava en mi alma, cuando el dolor me embarga, lloro, más aún, te imploro: cúbreme con tu manto. Padre, yo soy una buena hija porque rezo a María, pongo a San Antonio de cabeza, voy a misa, golpeo mi pecho, ruego a Dios padre salga Satán que me posee, porque cuando peco, padre, no soy yo, es mi albedrío que obedece.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Tírame la primera piedra

Mirando unas fotos del Zócalo y leyendo acerca de cómo desalojaron a los maestros y para qué, recordé que hace unos años, un ex presidente municipal que ya no se cuenta entre nosotros, hizo lo mismo con burócratas despedidos que sostenían un campamento en la explanada del edificio municipal, ello, para poder "celebrar" las fiestas patrias, mientras mi madre, que es y siempre ha sido una guerrera, sostenía una huelga de hambre en la explanada del Congreso de nuestro Estado, como parte de la lucha para recuperar su empleo. Recuerdo que mis hermanos y yo, algunas veces solíamos estar con los compañeros en el campamento, pero por azares del destino, esa noche no fue así... Fueron los noticieros los que muy de mañana nos alertaron del desalojo. Habían arrasado con el campamento y los polícias, agredido físicamente a hombres y mujeres por igual, pese a tratarse de una manifestación pacífica. Es algo que me causa gran indignación aunque hayan pasado ya más de diez años, pero lo que más me indigna, es que prevalezcan este tipo de circunstancias en nuestro país, sin importar el color que nos gobierne. Las faltas siguen siendo las mismas y quienes lo permitimos seguimos siendo los mismos. Los mismos mexicanos que sólo tenemos "hambre y sed de justicia", cuando se trata de algo personal. Los mismos, que mientras no rocen nuestra esfera, seguimos permitiendo que violenten de manera flagrante los derechos universales de los demás: igualdad, educación, trabajo,libertad sexual, vivienda digna, etc. Qué es molesto e interrumpe el comercio y la vida cotidiana de los ajenos al conflicto? Nadie lo niega,pero también habría que ser empáticos y recordar que somos carne de cañón y ahora sí, que a esperar que el "Chapulín Colorado" nos defienda, porque la autoridad, no será quien lo haga. Tal vez me sea muy sencillo opinar porque yo no vivo en el Distrito Federal y no sorteo bloqueos y manifestaciones a diario, pero lo que hoy vivimos, a ningún mexicano de clase baja o de la mítica clase media, nos hace el chingado favor... Porque parece que no nos queda de otra más que salir a las calles a luchar por una vida digna, aún en contra de quienes están obligados a favorecernos y no lo hacen.

sábado, 24 de agosto de 2013

Acaeció

Ya no sé del por qué, del cómo o del cuándo dejamos atrás todo aquello… Te cimbré y fundí, como a esos recuerdos vagos, como a esos recuerdos grises que se pierden en la psique. Se alejó lo nuestro, nos dejó. Ahora el viento mece su cabello trigo en otros lares, fue el sol, no sé. Será que así es la vida o simplemente será que nos perdimos, nos cayó el sosiego. Nos cayó, como esa lluvia tibia que no enturbia las aguas pero moja, se coló, como la brisa de las tardes en el puerto, como esa brisa densa que refresca pero asfixia. Así acaeció. Cimbré tu recuerdo en la psique para fundir las cenizas de lo nuestro, para no acaecer, para no morir en el intento de olvidarte. Para jurarme que ya no sé del por qué, del cómo o del cuándo dejamos atrás todo aquello…