sábado, 24 de agosto de 2013

Acaeció

Ya no sé del por qué, del cómo o del cuándo dejamos atrás todo aquello… Te cimbré y fundí, como a esos recuerdos vagos, como a esos recuerdos grises que se pierden en la psique. Se alejó lo nuestro, nos dejó. Ahora el viento mece su cabello trigo en otros lares, fue el sol, no sé. Será que así es la vida o simplemente será que nos perdimos, nos cayó el sosiego. Nos cayó, como esa lluvia tibia que no enturbia las aguas pero moja, se coló, como la brisa de las tardes en el puerto, como esa brisa densa que refresca pero asfixia. Así acaeció. Cimbré tu recuerdo en la psique para fundir las cenizas de lo nuestro, para no acaecer, para no morir en el intento de olvidarte. Para jurarme que ya no sé del por qué, del cómo o del cuándo dejamos atrás todo aquello…

domingo, 11 de agosto de 2013

Tírame la primera piedra

Heme aquí, a mis treinta celebrando el cumpleaños de una mujercita que apenas llega a los seis. En días como hoy, entre manteles rosados y confeti metálico de las "Monster High" quisiera sentirme cupable por no querer ser madre, y el sincero así como desbordado instinto maternal de mis amigas, no me hace el chingado favor. Hace ya varios años, soy asidua a festejos infantiles a los que acudo voluntaria y gustosamente, por la amistad que me une a los anfitriones y por el inmenso cariño que siento por mis innumerables sobrin@s. Estoy atrapada en la dimención de la tía y lo disfruto bastante. Los niños no me causan alergias, todo lo contrario. Sin embargo, considero que particularmente no vine a este mundo a procear y me ufano de ser la versión provinciana de Carrie Bradshaw aunque sin los manolos (acá la columna sólo te da para ufanarse). Pero al grano, hoy no quiero ser madre y decreto que nadie que no lo desee debe sentirse mal por ello. Nadie que al igual que yo no haya sido dotada del gen de la maternidad, debería ser castigada socialmente o recibir esas miradas de reproche cada vez que alguna pariente metiche, ex amiga de la secundaria o compañero de trabajo al que le camina a ritmo neardental el reloj biológico lanza el típico "Y tú para cuándo", acampañado de aún más típico "Pues ya se te anda yendo el tren". No señores y señoras... ni quiero, ni puedo ser madre. No cuento con aquello que se necesita. La profesión de ser mamá me queda como la yegua de Alicia Villerreal: "grande".Disfruto de mi vida vacía y del silencio, de levantarme a medio día por resaca o por gusto, de ser consciente sólo de mi persona, del desvelo en la bohemia, inspiración, trabajo o pasiones; de poder entrar a un bar a cualquier hora del día o noche, de ser única y cínicamente responsable de mis virtudes y demonios. Las admiro mujeres, mas no las envidio. Me tiene sin cuidado la opinión de aquellos que en su vivir moralino critican mi honestidad. No quiero ser madre hoy y probablemente mañana tampoco. Así de sencillo o complicado, depende de la perspectiva.

domingo, 4 de agosto de 2013

Hasta que el Divorcio nos separe

Despedida sin adiós o distancia/ vacuidad/ dos cuerpos/ mutismo/ indiferencia/ tu muro y mi frontera/ soledad./ Qué más da si estás al otro lado de la cama/ frente de la mesa/ o juntos al sofá/ cumplimos/ estamos/ cogemos por legislación común (seamos respetuosos de las leyes)/ “…Los casados deben ser y serán sagrados”/ aparentemos, qué más da.